
Yo no soy yo, ya no soy más una entidad. Soy multiplicidad, abismo, fractalidad. No muestro ninguna imagen ni me dejo poseer. Las imágenes me atraviesan y se pliegan unas sobre otras deveniendo una deriva de significantes elevados potencialmente hasta el infinito. No soy más que una copia huérfana de otra copia original hecha a imagen y semejanza de una idea clara y distinta, aquella que hemos aprendido a abstraer. Soy el hijo abandonado a la multiplicidad de los simulacros. Un simulacro, una aglomeración de superficies estratificadas unas sobre otras. Multiplicidad de estados, emociones y pasiones, haciendo equilibrios en el alambre del ser. Subvirtiendo baratijas de verdades, mentiras olvidadas que instauramos como verdaderas. Soy palabra, soy mirada, soy voz, soy lagarto, soy león, soy enano, gigante, a veces, soy mujer, soy imposible no-ser, soy el pirata cojo, soy corazón, corazón loco/contento/partío, soy laberinto de mundos posibles, soy bifurcación de caminos, soy tiempo, presente, pasado, futuro, soy espacio. Soy archiliteratura.
Me doy como anomalidad, como diferenzia, como multiplicidad. Un fluctuar conectado a la rotación de los cuerpos celestes, un devenir deviniendo.
Yo, un simulacro. Devorador de cultura, emoción y pensamiento vomito los

¿Quién pretende clasificar aquello que escapa a toda clasificación?
¿Cómo ordenar a partir de cimientos resquebrajados y tambaleantes? ¿Para qué clasificar? ¿Cuál es el miedo originario que nos manda clasificar?
2 comentarios:
Jo, original, única, còpia en la superficialitat però exclusiva en els detalls. ;)
hay deleuze, deleuze... my dear derrida, FOucault es Bosé.
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