22 de octubre de 2008

Breve manifiesto maníaco

En esta época de desesperación, agobio y congoja, sufrimos una precipitación hacia lo tedioso, lo fácil y lo vacío. El aburrimiento produce, sin remedio aparente, una agónica búsqueda de emociones y afectos que no se encuentran en la vida cotidiana. La técnica nos subsume en el yugo castrador de las afectividades virtuales, los encuentros plasmáticos, la sexualidad virtual y la emotividad plástica y barata. Bajo la tiranía tecnológica supuramos bits en lugar de sangre y pus, civililización le llaman. La marea del hábito nos arrastra como un río de barro empozoñándonos de malestar, derrota y cansancio. Las creencias terminan gastadas como pesetas en bolsillos polvorientos. Los valores olvidados como cadáveres ahogados en el mar. Terminamos arrojados a los abismos de nuestra existencia, a la deriva, con las manos quemadas de agarrar clavos ardientes que nos recuerdan dolores pasados, pero presentes. Cadenas de las que liberarse o con las que arrojarse al río. 
Yo me libero. Me pongo los pies por cabeza y la cabeza por zapatos. Libero mis palabras que, pocas veces, se corresponden con mi pensar. Miro las calles como serpientes que pasean a niños, viejos, perros. Los vagones como gusanos que oxigenan la ciudad. Las baldosas como placas de sal que me mantiene a flote sobre el mar. Las antenas como manos que se agitan al verme pasar. Las ventanas son ojos perplejos expectantes. Los coches como estampidas de gacelas apresuradas. Giro mi dolor en carcajada sangrienta. Libero mi angustia en palabras que sobrevuelan los abismos del disgusto. Quemo el mundo en mis sueños y lo beso al despertar. Abandono el tedio y el cansancio por agitación y violencia, verbalizo mis entrañas, las expongo sobre la mesa. Deshojo mi cabellera como pensamiento en flor. Quedo calvo de cordura. En las antípodas de la razón instalo mi reino, mi sentir. Escalo las emes como montañas, engullo las ges como aguas, roo las erres como rata, tuerzo las tes como tobillos. Libero mi inutilidad, mi imaginación desbocada al servicio de la nada. 

4 de septiembre de 2008

CRISIS

No sé qué escribir. Llevo días pensando cómo empezar esta entrada... cómo empezar a escribir. ¿Qué decir? ¿Cómo decirlo? ¿Por qué escribir? Todo literato, filósofo o ensayista ha escrito universos enteros sobre el vacío, sobre la ausencia de temas, sobre la inapetencia. Y yo desde mi más vulgar disfagia no encuentro ninguna Ariadna que me guíe. Y vivo con ella. ¡Qué paradoja! Tengo la triste sensación de que nada pasa en el mundo, todo es aburrido, vacuo y sin substancia. La vida es como la sangre bombeando por mis venas. Algo que sabes que existe, porque te lo han dicho, pero no lo ves. ¡No hay nada interesante en el mundo que merezca escribirse! 
Y entonces, en el silencio entre terminar la frase y tomar aire, se me aparece William Faulkner con su bigote humeante y me agarra del cuello y me salpica la cara con sus chispeantes palabras:
-Pedazo de memo bocachanclas. !¿Cómo puedes decir que no pasa nada en el mundo?! Hay que ser cenutrio y botarate para no ver la magnitud de las pasiones humanas. Cada día alguien se enamora. Se le encienden las tripas, se tambalean sus cimientos, se dilata el tiempo al unísono que sus pupilas. Las pupilas por donde entran nuevos colores y nuevas texturas que no recordaba haber percibido. Canta, baila, estalla en carcajadas. Enferman hermanos de forma irreversible y hay que estar allí para llorarlos en vida y absorver al máximo sus últimos coletazos. Tomar la vitalidad y la fuerza de un condenado en sus últimos suspiros, entender que la vida no es un proyecto sino un instante. Compartir las nubes, sus formas, el olor de la hierba recién cortada. Degustar los arenques, las fresas, los panes, diseccionando cada partícula como si fuera un nuevo continente. Y así como se muere, también nacen niños. Criaturas celestiales, que albergan esperanzas, continentes inconmensurables de amor y ternura. Que lloran, ríen, descubren el aire, la luz, la baba. Lloran porque se ensanchan, respiran, tienen hambre, quieren besos. Buscan palabras pero no las encuentran y se quejan, como tú, como todos. Y hay ricos que se arruinan y aprenden la humildad, y abuelas que pierden la dentadura, y personas que no encuentran su lugar, y parejas que se rompen, y gente que mata por dinero, por amor, por ideales. Y hay quien pierde la cabeza olvidando su nombre y el de su mujer, y hay amigos que se traicionan y otros que se olvidan, y hay ciegos y tuertos y proyectos por hacer. Si crees que nada pasa en el mundo, es que no has vivido. Si se quemara el Louvre, no importaría. No importan las maravillas del Louvre sino las emociones que las originaron. Y ahora... ¡¡Escribe!!

14 de agosto de 2008

CONSULTORIO DE ESTELLE PARA JÓVENES DISFÁGICOS (ESPECIAL)

Queridos disfágicos, para aquellos que todavía no conozcáis la trágica noticia. Os comunico que me he muerto. Sí. Muerta, fiambre, cadáver, finiquitada, criando malvas, reunida con mi creador... El caso es que me extraña no haberlo hecho antes, con estos modelitos que llevo no logro entender cómo he vivido hasta los 83 años, ya sabéis: antes muerta que sencilla. El caso es que seguiré con mi sección. Os hablaré desde el limbo. Por cierto, aquí las máquinas de refrescos y de comida son gratuitas, un lujo para mi estómago y mi bolsillo. Se me hace difícil no poder blasfemar ni atizar a ningún angelucho blandengue. La verdad es que es todo un poco postizo, todo el mundo se sonríe y se saluda como si fueran amigos de toda la vida. De hecho debe hacer una eternidad que se conocen. Creo que al entrar aquí se les traspapelaron las fichas y me parece que mi vecina Doris debe estar soplando los fuegos de Pedro Botero. Yo por ahora seguiré con esta farsa hasta que alguien se de cuenta. Espero que esto de la bondad y la cortesía no se pegue, me gustaría conservar mi sarcasmo y mi bolso relleno de hierros, pinchos y cadenas el máximo tiempo posible. Nos vemos pronto queridos.
Por cierto, Marc me ha dicho que en breve volverá a postear. No sé qué coño de crisis creativa y falta de conexión a internet me ha dicho que tiene. Estamos fatal de cobertura y le oía entrecortado, y mira que los satélites pasan tan cerca que casi nos decapitan.
Un abrazo disfágicos.

26 de junio de 2008

CONSULTORIO DE ESTELLE PARA JÓVENES DISFÁGICOS II

Bienvenidos de nuevo a esta sección jóvenes disfágicos. Antes de empezar,  gracias por vuestra colaboración y vuestro coraje por ser los primeros en hablar. Le hace a una sentirse apreciada. Y sin más dilación ni sentimentalismos viejunos voy a responder a vuestras preguntas.
El primero es el anónimo. Querido, si trabajas en algo artístico y no quieres entrar en detalles, será que los detalles deben ser de unas magnitudes considerables... Pero bueno, centrémonos en el problema. No te preocupes por las pajas y perder el tiempo ni mucho menos por internet. Lo que tienes que hacer es putearte, hacer cosas que odies como: planchar, aprenderte de memoria la lista de cerrajeros de Taipei, visitar a tus familiares más pesados, comer todo tipo de insectos y alimentos en pésimas condiciones... Por sugerir algo. Si sigues esta dieta de autocastigo aprenderás a disfrutar de las pequeñeces de la vida y al mismo tiempo rebasarás tus propios límites. Hale, héchale narices.
A ver Ariadna, no me seas zolocha. Lo que a uno le gusta y lo que da de comer no coincide nunca. Es un falso mito. Cuando trabajas en algo que te gusta, deja de gustarte porque cuando gustas disgustas, y cuando te gusta, te gusta porque no lo estás gustando. Así que mejor conformarse con gustar cuando estás gustando e ir descubriendo nuevos gustos.
Vamos a ver Martin H. qué pregunta más absurda, es de cajón que el ser por el que se pregunta no se masturba, se masturban los que piensan en él porque son corruptibles. Ay,filosofillo mamacallos, que cosas tienes.
Y ya para acabar, Mireia, hay que ser tontucia para desconfiar de la gente. Está claro que siempre hay intereses y malas intenciones, pero hay que arrojarse para aprender a vivir y ver en quién confiar. Por muchas teorías que podamos idear, no hay más experiencia que la del mamporro. Así que deja mamporrearte, con precaución y moderación. Si no siempre puedes recordar la célebre frase de mi hermana: puede que no tenga un amor pero siempre me quedará el amor propio.

Y hasta aquí la sección. Ya sabéis que podéis hacer con mis respuestas lo que os de la gana, tomar ejemplo o buscar un pricoterapeuta especializado que os suelte el discursillo ortodoxo. Ya sabéis donde encontrarme y donde dejar las preguntas.  Y ahora voy a comerme esta uva que ya está muy manoseada y si no se convertirá en pasa.
Gracias y hasta pronto disfágicos.

25 de junio de 2008

José Tomás o Héctor ensangrentado

Si los defensores de los animales convierten una figura retórica (prosopopeya) en un principio ético que les sirve de estandarte, José Tomás representa la fuerza de la poética visual y vital, dejando sin palabras, despojados y silenciados a poetas de todos los tiempos. No ha nacido toro que pueda con Tomás, como tampoco hay palabra, metáfora o poética que llegue a despeinarle. El de Galapagar no sólo es maestro en el arte de la lidia, sino una figura que se planta en el límite del coraje y la sinrazón. Tomás torea en la línea divisoria de lo ético y de lo loco, habita los resquicios entre vida y muerte, se clava a pies juntillas delante del tren de la muerte, lo templa con verónicas de lujo y traspasa la frontera del afuera con un quite por gaoneras. José Tomás pisa donde nadie ha pisado, no rectifica ni titubea, obliga a torear arrimándose al toro, alejándose de la vida y encarando la muerte, a lamer la sangre del toro en cada estocada y si no hay suerte a morder la arena. Tomás no busca la muerte sino que pretende la perfección,
 y en ese empeño puede cruzarse la muerte. Ese es el ejemplo brillante a sacar de su toreo: la vida es persecución de perfección y superación, una vida sin arrojarse al límite no es vida. El desafío de Tomás es máximo y contra todos: toros, taurinos, antitaurinos, criadores y escépticos. Una figura transgresora que rasga y tienta nuestros principios éticos, merece todos mis halagos. ¡Olé torero!

13 de junio de 2008

palabrasconceptosconceptospalabras

Empezando por el contenido proposicional el plano de inmanencia la deconstrucción los falsarios y los indecidibles la falibilidad -que no falobilidad-  y la intensionalidad  las alucinaciones y el genio maligno procesos sucesos estados genealogías y arqueologías sustantivaciones y sustantividad ontología empirismo realistas por representación cerebros en probetas tigres robots robots tigres cubos azules sillas de cuero intersubjetividad  irreductabilidades e incorregibilidades creencias y juicios significaciones primarias y secundarias palabras-ideas ideas-sucesos conductas observables en condiciones observables listas símbolos definiciones tiempos aión cortes epistémicos huellas rastros fuerzas ilocutivas proferencias constatativas proferencias realizativas dogmas errores estupideces campo trascendental y terminando en archiliteratura fármacon voz simulacros neutralizaciones y diseminaciones. Si habéis tenido los santos cojones de leer hasta aquí, podréis comprender una infinitésima parte del centrifugado cerebral por el que estoy pasando estos días. Por lo menos me queda el consuelo de haber reventado el corrector, hay tantas palabras desconocidas que ha decidido dejar mi texto por imposible. En días como estos me alegro de enarbolar la bandera de la disfagia existencial. ¡Estelle, te necesito! 

31 de mayo de 2008

CONSULTORIO DE ESTELLE PARA JÓVENES DISFÁGICOS

Bienvenidos a mi nueva sección donde podréis exponer vuestras dudas y disfágias. Soy Estelle y seré vuestra consejera de ahora en adelante. Con la ayuda de mi sarcasmo y si Dios quiere, aunque últimamente no se prodigue mucho por Wisconsin, veréis como siguiendo unos simples consejos y haciendo caso de mi cultivada sabiduría, llegaréis a convertir vuestra disfagia en algo digno de compartir. Podéis consultarme y ofrecer sugerencias tantas veces como queráis. Yo las iré respondiendo a lo largo de estas sesiones, siempre que tenga humor y me de la gana.  Atentos pues, mozalvetes, porque esta vieja aun tiene cosas que contaros.

Hale, ya está presentado. Ahora debo irme, tengo prisa y me pesa el bolso. Lo he rellenado de cadenas, sacacorchos y herraduras para atizar a esa viejuna cojitranca que se me ha colado esta mañana en la pescadería. Espero que haya tomado suficiente fósforo para recordar que a Estelle no se le cuela nadie, sino se lo recordaré a base de hierro.
Dejad la pregunta y/o sugerencia en los comentarios. 
Gracias y hasta pronto disfágicos.

24 de mayo de 2008

Yo, un simulacro.


Yo no soy yo, ya no soy más una entidad. Soy multiplicidad, abismo, fractalidad. No muestro ninguna imagen ni me dejo poseer. Las imágenes me atraviesan y se pliegan unas sobre otras deveniendo una deriva de significantes elevados potencialmente hasta el infinito. No soy más que una copia huérfana de otra copia original hecha a imagen y semejanza de una idea clara y distinta, aquella que hemos aprendido a abstraer. Soy el hijo abandonado a la multiplicidad de los simulacros. Un simulacro, una aglomeración de superficies estratificadas unas sobre otras. Multiplicidad de estados, emociones y pasiones, haciendo equilibrios en el alambre del ser. Subvirtiendo baratijas de verdades, mentiras olvidadas que instauramos como verdaderas. Soy palabra, soy mirada, soy voz, soy lagarto, soy león, soy enano, gigante, a veces, soy mujer, soy imposible no-ser, soy el pirata cojo, soy corazón, corazón loco/contento/partío, soy laberinto de mundos posibles, soy bifurcación de caminos, soy tiempo, presente, pasado, futuro, soy espacio. Soy archiliteratura.
Me doy como anomalidad, como diferenzia, como multiplicidad. Un fluctuar conectado a la rotación de los cuerpos celestes, un devenir deviniendo. 
Yo, un simulacro. Devorador de cultura, emoción y pensamiento vomito los
restos de lo ingerido en mis palabras, miradas, gestos, textos. Hijo bastardo de la subversión de la vida, idealismo invertido, continente estable y nitroglicerínico de las más extravagantes contingencias. Yo, un simulacro. 

¿Quién pretende clasificar aquello que escapa a toda clasificación?
¿Cómo ordenar a partir de cimientos resquebrajados y tambaleantes? ¿Para qué clasificar? ¿Cuál es el miedo originario que nos manda clasificar?

30 de abril de 2008

"La he 'matao'... ahora estás callada, te quiero mucho"

"Nunca se habrán visto tantos crímenes, cuya extravagancia gratuita sólo se explica por nuestra impotencia para poseer la vida" 
A.Artaud.

Un día te levantas y ante la imposibilidad de poder hablar, decides callarte. Frunces el ceño, desvías la mirada hacia las esquinas y el ardor de tus entrañas degotea por tus ojos como espuma sulfúrica. Todo intento de conversación termina antes de empezar. Tus poros rezuman asco y odio. El odio te alienta a seguir vivo, se percibe en tu sudor. Hay quien tiene el olfato atrofiado y no percibe tu malestar, entonces te increpa: "¿Por qué no limpias los platos? ¿Tengo que estar todo el día detrás tuyo como una esclava? ¿Por qué no tienes un poco más de consideración? ¿Por qué no trabajas? Eres un vago, sólo sales del clínico y vuelves a entrar. No tienes ganas de curarte y yo tengo que seguir aguantándote. ¡Tómate las pastillas! Estás arruinando mi vida y me estás quitando la salud". 
En ese momento tu sangre se enciende como un pozo de petróleo, violento y desbocado. Es en ese instante, en un pestañeo, en un cambio de plano, en el tiempo que coges un cuchillo; decapitas a tu madre. Le cercenas la cabeza como quien arranca las alas de una mariposa, el crujir de las vértebras suena a sinfonía liberadora. Y ahí estás, de pie, con la mano ensangrentada agarrando por los pelos lo que queda de tu madre. Y  le dices: "Te quiero mucho" y la besas como nunca lo habías hecho antes. "¿Te apetece dar un paseo?".
Sales a la calle con la cabeza de tu madre envuelta en un paño, para que no le entre frío, y charlas tranquilamente. "Mira mamá, tengo que tomar mucha medicación y a veces se me olvida. ¿Has visto que bonitas están las buganvilias? Adoro que te preocupes por mí, pero no me chilles, porque entonces me voy a enfadar. Y ya sabes lo que pasa cuando me enfado." 

Me resulta desagradable charlar tranquilamente. Siempre hemos hablado chillando, luchando por pisarnos y dominarnos. Mamá, echo de menos tus berridos. Me gustaba como nos queríamos: gritos, golpes, peleas, tus colmillos envenenados clavándose en mi corazón, la forma en que me manipulabas para conseguir engañarme, esos reproches acompañados de tus bofetadas y mis escupitajos. Inmersos en un espiral de lucha por dominarnos el uno al otro, siempre alerta, siempre en lucha. Creando nuevas vías para expresar nuestro amor. Al final he conseguido dominarte, pero el precio ha sido caro. Sólo me queda tu cabeza, un trofeo, como un torero con su oreja, y no me respondes. Me aburro, estoy triste y me siento vacío. No encuentro nada que pueda suplir tu ausencia. Ni atizar a los viejos, a los niños, a los lisiados. Nada tiene el mismo sabor que nuestras discusiones. Olvidé que la cabeza de una madre no se puede volver a juntar, como si fuera una muñeca. Sería maravilloso poderte pegar otra vez a tu cuerpo, pero creo que el celo no me va a servir esta vez. 

23 de abril de 2008

Esto que sigue no es un blog



Parafraseando al pintor Magritte, y sin pretender llegar a su lucidez, inauguro este espacio para la verborrea y la imaginación. Lanzo un primer aviso a navegantes. Esto no es un blog, esto no es un discurso coherente, esto no es terapia, esto no es verdad, tampoco mentira, esto no es un espacio de encuentro, esto no es un fractal, esto no es humor, esto no es tragedia, esto no es un nihilismo, esto no es creencia, esto no es sarcasmo, esto no es esperanza, esto no es odio, esto no es amor, esto no pretende ir más allá de aquí, esto no trasciende, esto no es sexo, aunque pueda aparecer, esto no es reflejo de ninguna personalidad enferma, aunque haya enfermedad. Esto no es más que lenguaje, palabra, en la era de la imagen. Un espejismo del adentro, de un adentro que puede ser múltiple pero nunca afuera, porqué el afuera está allí y cuando se nombra desaparece, como el silencio. 

Comemos en silencio nuestra existencia porque el lenguaje no llega a reflejar nuestra experiencia. Se atragantan las palabras en nuestra garganta porque no fundan, no arden como lo hacen nuestros órganos, no tiemblan como nuestros músculos, no llegan a nuestros gritos, no se pudren como nuestros cuerpos, no brillan como lo hacen nuestros ojos, ni mojan como lo hacen nuestras lágrimas por mucho que gimoteemos, gimamos, goteemos, sollocemos, plañamos o rezumemos. 

Yo declaro mi disfagia existencial, mi absoluta incapacidad para tragar con la vida y todo lo que acarrea. Al mismo tiempo me declaro gourmet bulímico de las mujeres, los vinos, los libros, los trenes, los mares, los ríos, las montañas, las ciudades, los coches, los llantos, las angustias, las risas y carcajadas, las madres y los padres, los padres de las madres y las madres de los padres, las frutas, la música, las discusiones, los cariños, los besos, las muertes, las guerras, las injusticias, el dinero, los automatismos, las películas... Y tantas otras cosas que, como siempre, quedarán por nombrarse. Ante tal paradoja no me queda más que citar al bueno de Ludwig (Wittgenstein): ' De lo que no se puede hablar hay que callar'.
Bienvenidos a mi Disfagia existencial.